lunes, 16 de marzo de 2015

Renovarse O Morir

El tercerposicionismo español vive actualmente, y desde hace ya bastante tiempo, en un ghetto del que se niega a salir. Nuestro país está en la situación perfecta para el surgimiento de un movimiento tercerposicionista; una clase media mileurista luchando por llegar a fin de mes, una profundísima crisis económica y una casta financiera que dirige, sin mayor propósito que el de enriquecerse, las riendas de nuestra Nación.

Y a pesar de todo esto, no sucede nada. El único movimiento "antisistema" (aunque en realidad son los defensores más radicales de éste) es Podemos. Analizando esto, me he parado a pensar en el porqué de esta situación, y de todas las conclusiones que he sacado me gustaría centrarme en una, ya que creo que es vital y sobre todo que nosotros (o al menos una parte de nosotros), somos los únicos culpables, por lo que está en nuestras manos ponerle fin.

El tercerposicionismo español, como decía antes, se encuentra inmerso en un ghetto absolutamente avocado a la marginalidad y, por lo que parece, sin la firme intención de querer salir de esta. Para algunos, el seguir utilizando los símbolos y consignas de los años 30 representa ser "más puro que nadie", pero no se dan cuenta de que esto sólo actúa en detrimento nuestro. Los movimientos nacionalistas surgidos en Europa en la primera mitad del siglo XX eran absolutamente modernistas, vanguardistas y revolucionarios, contrarios al espíritu reaccionario de los tradicionalistas y al internacionalismo marxista. Proponían una modernidad alternativa al liberalismo y al marxismo, negando que la existencia humana fuese puramente material.

Hoy, en cambio, en estos movimientos predomina el sentimiento reaccionario, y cuando alguien propone cambiar las formas y los símbolos sobre los que la gente tiene ya unos prejuicios negativos, se le tacha de traidor. La extrema izquierda, en cambio, sí ha entendido la necesidad de renovarse y de ahí su éxito (véase Podemos).

El puritanismo carece totalmente de sentido ya que por esa vía nada se va a conseguir, y así es como nos quiere el enemigo; pequeños, utilizando un lenguaje incomprensible para el resto de la sociedad, refugiados en nuestras banderas y símbolos de siempre. Así, lo único que hacemos es dar gusto al enemigo y provocar en él la inevitable carcajada al vernos. Sin embargo, si nos renovamos, si cambiamos y si entramos en su juego de votos y urnas, se pueden alcanzar grandes objetivos; porque, no se engañen, la insurrección armada en una sociedad como la actual no tendría prácticamente ningún apoyo.

Nuestro único propósito es llevar a cabo la Revolución, siempre amparados y acogidos a nuestra idea de la Patria, para conseguir que España sea en verdad una Nación soberana y unida, en la que impere la justicia social. Este es nuestro fin, y ya lo dijo Ramiro Ledesma "si hay que hacer la Revolución Nacional al grito de ¡Abajo el fascismo!, pues a ello".

Por lo tanto, déjense de puritanismo señores; los uniformes eran vanguardistas en los años 30, hoy déjenselos a los boy scouts.


Por Hermann Boho

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